Celebramos este año el 50 aniversario del nacimiento de la Unión Aduanera. El desarme arancelario total en el comercio entre los países fundadores de la Comunidad Europea y la adopción de un Arancel aduanero común, aplicable en todas las aduanas de entrada al territorio aduanero supranacional, se convirtió en una realidad el 1 de Julio de 1968. Con un adelanto de 18 meses sobre la fecha inicial prevista. Un éxito europeo. Se trata del cimento sobre el que se ha construido, y se sigue construyendo, la Unión Europea.

Arturo Marcos

El Código Aduanero de la Unión (CAU) supone la culminación normativa, modernizando el anterior hito codificador, para conseguir el ideal de una Unión Aduanera perfecta: el mismo marco legal para aplicar - utilizando el Arancel Aduanero Común- la política aduanera y comercial de forma uniforme y conseguir el funcionamiento perfecto del Mercado Interior.

El CAU ha creado un procedimiento administrativo aduanero común, aplicable por todas las aduanas de la Unión en sus relaciones con los contribuyentes y obligados. Ha normalizado la tramitación de las distintas autorizaciones aduaneras, de forma que son sometidas a los mismos requisitos en todas partes y pueden considerarse válidas y eficaces en todo el territorio aduanero de la UE. Ha simplificado los regímenes aduaneros y ha abierto las puertas a una gestión aduanera informatizada completa, normalizando los datos de las declaraciones y documentos de gestión - en los anexos de los Reglamentos Delegados y de Ejecución, que conviene tener siempre en cuenta- de forma que puedan ser tratados electrónicamente por un sistema común de gestión informática en el futuro. Aunque, dada la complejidad de esta transformación para lograr una gestión informática común, cuyo plazo de desarrollo el Código había fijado para el 31 de diciembre de 2020 en su artículo 278, parece que se necesitará de una ampliación del periodo transitorio, quizás de hasta 5 años más; ya existe una propuesta de modificación del CAU en este sentido.

En cualquier caso, estamos en un tiempo decisivo de transformación de la Aduana en una institución netamente europea que requiere la aplicación del CAU de una manera eficaz y eficiente por parte de unas administraciones de aduanas de los Estados miembros que deben actuar como si fuesen una sola. La Comisión Europea se encarga de este impulso coordinador y unificador de la gestión. Ya lo hace, en el marco de programa de acción plurianual Aduana 2020 establecido por el Reglamento 1294/2013 del Parlamento Europeo y del Consejo de 11 de diciembre de 2013. La aplicación concreta del CAU mediante guías interpretativas, como documentos de orientación sobre las dudas que se plantean, se enmarcaría en el esfuerzo por conseguir un uso coherente del Derecho de la Unión en materia aduanera y asuntos relacionados, centrada en proteger los intereses económicos y financiera de la Unión y en salvaguardar la seguridad y la protección de sus ciudadanos, facilitando el comercio legítimo y reforzando la capacidad administrativa de las autoridades aduaneras.

Retos
Los retos van más allá de la gestión aduanera tradicional, y plantean unas necesidades de coordinación y cooperación dificultosas con otras autoridades, fuerzas y cuerpos de seguridad implicadas en el control de las fronteras. Aunque el CAU recoge expresamente esta capacidad de la aduana para liderar esa cooperación y coordinación en su artículo 47.1, es una actividad que requiere equilibrios complejos en la que resulta difícil generar una cultura administrativa común en la gestión de los riesgos y en la actuación facilitadora del comercio legítimo, sin menoscabo del control para luchar contra el fraude, ya sea tributario o de otras políticas de protección de intereses y ciudadanos de la UE en la frontera común.

Puede plantearse el caso concreto del impulso de las ventallas únicas. Un concepto muy fácil de entender, con una amplia capacidad de mejora en la fluidez del paso de la frontera, pero que, sin embargo, cuesta mucho conseguir que funcione bien.

El sector de los Representantes Aduaneros debe estar implicado en ese desarrollo del entendimiento común en la aplicación de la legislación del la Unión, en el marco del citado plan plurianual Aduana 2020 y en los que le sucedan, donde se prevé la participación activa de expertos externos y de operadores económicos involucrados en el comercio exterior para el desarrollo en profundidad de temas como la ventanilla única, el despacho centralizado europeo o la autoevaluación, entre otros previstos en el CAU. Deben ustedes participar activamente en construir ese futuro, que ya es presente, como verdaderos asesores en materia de comercio exterior y colaboradores con las Autoridades Aduaneras nacionales y comunitarias. Son el sector mejor preparado para detectar los problemas que se van planteando. Tienen capacidad para participar en los foros especializados y para plantear las quejas y sugerencias con rigor e inteligencia a la Comisión Europea que es quien ha asumido el impulso de esa aplicación uniforme de la legislación y quien dirige activamente la gestión común de la aduana europea, con el apoyo de las administraciones aduaneras de los Estados miembros, en una actividad - la aduanera-, que es punta de lanza, una vez más, en el desarrollo de un sistema económico, social y político más justo, moderno, integrador y solidario, aplicable en un territorio común, que trasciende al de los Estados que constituyen la Unión, para conseguir una sociedad futura mejor para más gente.

Ahí tienen una tarea digna de su mejor esfuerzo y dedicación, apoyados e impulsados por las
Autoridades Aduaneras Españolas y Comunitarias. Discutan, debatan y sean vanguardia en el planteamiento de los problemas e ineficiencias que puedan darse en la gestión de la aduana europea y en la aportación de ideas brillantes para contribuir a su solución.