La Asociación de Consignatarios del Puerto de Alicante celebró su Asamblea General donde se celebraron elecciones. El resultado de las mismas otorgó la presidencia a Felipe López, director del Grupo Boluda en Alicante, quién sustituye en el cargo a José Andrés Martínez, director de Bergé Marítima.

Felipe López sustituye en el cargo a José Andrés Martínez

Por su parte, Robert Arthur, director de Mardmesa repite como vicepresidente, así como el secretario que continúa siendo David Fernández, jefe de operaciones de Pérez y Cia. Los vocales que repiten en el cargo son Beatriz Girón, directora de Fernando Flores y José Carlos Rodriguez, director de Rodaco Hispania y los nuevos vocales son: José Andrés Martínez y Nuria Alcaraz, directora de JSV Logistic en Alicante. El cargo de vocal consejero lo ocupará Miguel Fuentes, director de Cesa Alicante.

Además, de las elecciones durante la reunión de la Asamblea General se trataron varios temas, como la preocupación, por parte de los miembros de la Asociación, del futuro de los granéles; que cómo cabe recordar, el Tribunal Superior de Justicia emitió un acto por el que se suspendía la actividad en los muelles 13, 15 y 17 hasta que la Autoridad Portuaria no cumpliera las medidas correctoras exigidas por el Consell de la Generalitat Valenciana. Proponía dos medidas: o que las pantallas cortavientos ubicadas en el muelle 17 se dispongan en forma de 'u' y su altura sea, al menos un 10% desde la base, más altas que el acopio de material que se depositan en los muelles, o la construcción de naves cerradas. En este caso, la Autoridad Portuaria de Alicante va a optar por la construcción de las naves cerradas. En este caso, la Autoridad Portuaria de Alicante optó por la construcción de las naves cerradas. Por ésta decisión, se ha permitido que el tráfico de graneles continúe su actividad.

La intención del presidente del puerto de Alicante, José Antonio Gisbert pasa por promover la convocatoria de un concurso para el otorgamiento de una concesión privada consistente en una terminal con naves cerradas y en depresión.

Así, los consignatários manifestaron durante la reunión, su preocupación por la posible subida de los costes portuarios, en caso de que hipotéticamente no se pudieran construir las naves y se perdiera el tráfico de graneles en el puerto de Alicante.