Las “ecoetiquetas” suponen un aval de calidad ambiental de los productos que las llevan.

Debe garantizar la ausencia de impacto ambiental durante el ciclo de vida del producto. Forma parte de una larga cadena de suministro, en la que se incluye la elaboración de alimentos, su distribución y comercialización y, finalmente, el consumidor y desecho.

En España, el control y la certificación de la producción agraria ecológica es competencia de las Comunidades Autónomas.

Existen varias clases de certificaciones para los productos ecológicos (nacionales, regionales y europeos), lo que en ocasiones causa cierta confusión entre los consumidores. Por este motivo, a partir del 1 de julio de 2010, el logotipo ecológico de la UE será obligatorio en todos los productos ecológicos envasados que hayan sido producidos en cualquiera de los Estados miembros de la UE y que cumplan las normas establecidas. El logotipo no será obligatorio en el caso de los productos importados. Podrán acompañar a la etiqueta de la UE otros logotipos privados, regionales o nacionales.

Un estudiante alemán Dusan Milenkovic figuran las estrellas de la UE en forma de hoja con un fondo verde, un símbolo que transmite dos mensajes claros: naturaleza y Europa.

La agricultura ecológica es un sistema de producción agrícola que proporciona al consumidor, alimentos frescos, sabrosos y auténticos al tiempo que respeta los ciclos vitales de los sistemas naturales. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 6% de las enfermedades degenerativas se deben a una mala alimentación.

Mª Dolores Raigón, Catedrática en la UPV, autora del libro “Alimentación ecológica. Calidad y salud” en sus investigaciones ha demostrado las claras diferencias en la composición nutricional de los alimentos ecológicos frente a los convencionales, demostrando que con las técnicas de agricultura ecológica se obtienen frutas y verduras con menor contenido en agua, lo que repercute en su mayor capacidad antioxidante, mayor vitaminas...

La agricultura ecológica se encuentra regulada en España desde 1989. Estadísticas recientes indican que España sólo consume el 30% de su producción ecológica y el gasto es de 12 euros frente a 28 en Europa.

España goza de imagen de marca en este sector. Toda la cuenca mediterránea son nuestros competidores más directos por el clima y el ciclo de los productos. Los italianos son mejores comercializando, comercializan más productos elaborados lo que supone mas valor añadido.

Los datos presentados por la Ministra Elena Espinosa en abril del 2009 referentes a la producción y número de operadores del conjunto del Estado de la Agricultura Ecológica (AE) casi el 65% de la superficie corresponde a bosques, pastos y praderas, básicos para la ganadería ecológica, pero que ponen en evidencia que una gran extensión no implica liderazgo en el mercado de la comercialización. Las cifras revelan que este liderazgo no acaba de impulsar la cadena agroalimentaria ni el consumo de carne ecológica en España.

Partiendo que los españoles no consumimos productos ecológicos “por desconocimiento o porque no los encuentra con facilidad”, nuestra receta es:

a) Mas información al consumidor, no deben confundirse con productos conocidos como naturales, sin conservantes, ni colorantes o dietéticos, términos utilizados normalmente en el etiquetado de los productos. Tampoco deben confundirse con la agricultura integrada.

b) Ventas de estos productos en establecimientos donde hay varias opciones más.

Las normas de la UE sobre el etiquetado de los alimentos reconocen al consumidor el derecho a saber lo que come y bebe.

Andreu Romero i Martínez
Analista - Consultor de Comercio Internacional
Valencia-Spaiñ