Veintidós personas en el césped persiguiendo un esférico consiguen que se multipliquen exponencialmente aquellos que consideran que los dirigirían mejor, incluso lo harían mejor y esta reacción es extensible a cualquier tipo de esférico, cancha y número de participantes. Lo que sí que no es común son los "espontáneos" que deciden salir a demostrar cómo se hace.

Tan solo hay un tipo de evento en el que históricamente han ocurrido este tipo de acciones llevadas a cabo desde la pasión, pero básicamente apoyados en la ignorancia, la irresponsabilidad y la poca consideración hacia aquellos que están trabajando y a los que sí pueden hacer daño, además de a ellos mismos. A estos últimos son a los que quiero referirme y que no consigo quitarme de la cabeza, desde que comenzamos a avanzar las fases de la "faena" y terminó el encierro. Brote, según la RAE, significa que empieza a desarrollarse, a manifestarse. Rebrote es la acción de rebrotar, aparecer de nuevo una cosa no prevista. Claro está que para rebrotar, primero tiene que desparecer el brote y no es el caso que nos ocupa.

Más aún, si seguimos con los "espontáneos" que cada día, tirando de verónica, chicuelina, el arriesgado delantal o a porta gayola, con cero gracia y menos arte, citan a un animal que no es noble ni apreciable a la vista, pero que el daño que infringe es infinitamente mayor a cualquier otro que hemos conocido en las últimas décadas, jamás va a dejar de vivir entre nosotros, generando victimas antes, durante y después de su actuación. Para dudas, consultar las previsiones del FMI…. Por favor, agradecería enormemente que alguna de esas personas que están haciendo caso omiso, no ya a lo que dicen las autoridades sanitarias mundiales, sino a la sensatez y al ánimo de no lastimar a nuestros semejantes, me explicaran cual es la razón de su estúpido comportamiento. No puedo creer que busquen, volver al confinamiento, control de movilidad, cierre de espacios públicos abiertos, cerrados y la destrucción de empleo y vida de todos nosotros. Es muy probable que parte de ellos son los que golpeaban sus manos, al caer cada tarde, desde sus centros de reclusión temporal. Por favor, que dediquen un minuto diario a reflexionar acerca de lo que pueden estar pensando sobre ellos, colectivos como el sanitario, cuerpos de seguridad, distribuidores de alimentación, farmacias y lo que nos conecta a todos, los profesionales que forman parte de la cadena de suministro, puertos, aeropuertos, estaciones de ferrocarril, terrestres, conductores, mensajeros, operadores logísticos y no sé cuantos más de los denominados servicios esenciales que se han estado partiendo la cara y jugándose la vida desde el primer día, lo siguen y lo seguirán haciendo al parecer "sine die" a este paso. Y no hace falta buscar mucho, solo hay que ver lo que ha ocurrido en casi toda España la pasada noche donde el fuego en lugar de tener su función purificadora, ha servido para reunir a mononeuronales, llevándonos hoy mismo a retroceder fases con el daño general que ello conlleva. Centros de producción reabiertos, que van camino de volver a cerrar. Vuelta a un nivel de teletrabajo para el que este mundo, en mi opinión, no está preparado. Claro que todos tenemos ganas de "volver" y de abrazar a los seres queridos, pero con estas actitudes incívicas e insolidarias, lo único que vamos a conseguir es justo lo contrario, retrasar lo que tanto anhelamos. ¡No hay rebrotes ni nuevos brotes, es el mismo bicho que llegó y sigue ahí!

"No se puede escapar de la responsabilidad del mañana evadiéndola hoy" (Abraham Lincoln).