La Ley 48/2003 de 26 de noviembre, de régimen económico y de prestación de servicios en los puertos de interés general, en su exposición de motivos destaca que la década de los años 90 ha sido un período de enorme aceleración del proceso de mundialización de la economía y el comercio, así como de consolidación del mercado interior comunitario y de desarrollo de una política común de transportes planificada desde una concepción multimodal.

Ello ha incrementado de forma notable la importancia estratégica de los puertos comerciales, como instrumentos claves para el desarrollo de la economía productiva y elementos fundamentales de un sistema de transporte de interés general ambientalmente sostenible.

Los puertos españoles de interés general constituyen un elemento decisivo para el comercio exterior y por tanto para la competitividad de nuestra economía, ya que la creciente globalización de la economía mundial, la multiplicación de los centros de producción, consumo y comercio, junto con la progresiva liberalización del intercambio de bienes y servicios, han contribuido, a la transformación del concepto tradicional de puerto.

La importancia de los puertos en España tiene una doble vertiente: la estratégica y la económica. La primera se concreta en la relevancia que tiene este sector en un país con una extensión costera del nuestro, su situación geográfica periférica con respecto a la Unión Europea, puerta del Mediterráneo y de punto intermedio en el tráfico marítimo internacional.

Su segunda vertiente se concreta en el efecto global que este sector genera en el conjunto de la economía nacional, al que aporta algo más del 4 % tanto del valor añadido bruto nacional como del empleo total.

Los puertos modernos, eslabones de la cadena de transporte, han aumentado su relación con los sistemas de distribución física incorporando, cada vez más actividades de almacenamiento y distribución de mercancías, desde este punto de vista, el funcionamiento eficiente de cualquiera de las actividades que se desarrollan en el recinto portuario es importante para que los productos que utilizan el transporte marítimo lleguen a los mercados de consumo final al mínimo coste y en el menor tiempo posible.

Por todo ello las Autoridades Portuarias como responsables de planificar el desarrollo del puerto deben definir expresamente sus objetivos económicos, dado que la competitividad portuaria es crucial para asegurar la eficiencia en la distribución de las mercancías vía marítima.

Una de las clasificaciones mas aceptadas por los expertos de los posibles objetivos de los puertos, en función del papel que juegan estos en la economía, es la dada en 1991 por Grossdidier de Matons (2), según la cual los objetivos económicos de los puertos son los siguientes:

- Maximizar el tráfico, tanto de mercancías como de pasajeros.

- Optimizar el uso de recursos en la cadena de transportes.

- Promover el desarrollo económico.

Vicente Joaquín Rius Persiva es el Jefe del Área de Planificación de la Autoridad Portuaria de Castelló

Objetivos económicos de los puertos (II)
Objetivos económicos de los puertos (III)