Un servicio de Valencia Marítima
Lunes, 29 de diciembre de 2025


“Amanejando" mi barca
Avirul, 31/12/2003

Esta noche es obligado divertirse y la gran mayoría de los mortales se cuelgan algo rojo y salen a la calle enfebrecidos con el firme propósito de pasárselo super, super bien, de la muerte.

Con tanta fiebre algunos, sobre todo algunas, se compran un vestidazo de esos que llevan escotes por todo los frentes, pagarán una entradita de "aquí te espero Baldomero", para lucir el consiguiente vestido y tendrán que beberse obligadamente el importe de la entrada.

Ya esta todo preparado, todos nuestros amigos han hecho exactamente las mismas tonterías que nosotros. Comienzan los preparativos con mal pie porque los días anteriores hemos comido lo que no estaba escrito y no nos entra el vestidito, te arrepientes de no habértelo comprado elástico, pero ya no tiene remedio, tendrás que ir metiendo barriga. Los tacones son insoportables y altísimos porque te dijo la de la tienda que te estilizaban muchísimo, que falta nos va hacer con lo gordísimos que nos hemos puesto. De todas formas quedas de la muerte sin moverte mucho. Así que nos vamos a la sala de fiesta. Una vez allí se percibe que han metido en el aforo a 2.000 personas más de las que caben con lo que para beberte la entrada uno de tus amigos debe de estar continuamente en la cola para pedir. No digamos si tienes que ir al baño.

De todas formas todo iba medianamente bien hasta que te olvidaste de que no tenías que respirar, al siguiente resoplido oyes un "ras" que no te ha gustado un pelo, con las prisas resbalas y antes de llegar al baño o también llamado abrevadero, se te ha roto un tacón y te has pegado la torta de tu vida, con lo que el agujerito es un interminable roto que te obligará a pasar el resto de la noche con el chal colocado a modo de cinturón, pero es más perentorio encontrar un sitio para sentarte o irás como Remedios Amaya "amanejando tu barca", aunque no te importa mucho porque te has bebido hasta el agua de los floreros, cosa que te ha ido de perlas porque si no habrías pasado un frió de muerte con los escotes y agujeros varios del vestido..

Como resumen, acción que desarrollas al día siguiente con un dolor de cabeza de mil pares que te permite apenas acordarte del pastón que te has gastado, prometes que el año que viene lo comenzarás en casita con el batín, que es elástico, cebándote a turrón y viendo los horrores de la tele. Disfrutad de la noche.