Como ocurre de forma regular en nuestra profesión nos acercamos a otra fase en la que hay que tomar decisiones trascendentes. La representación aduanera, el acceso a la profesión y la modalidad de representación son algunos de los temas que en las próximas semanas se decidirán y marcarán el futuro de nuestra propia actividad en un escenario que sigue siendo complejo y desde el que aún no se vislumbra la salida de la crisis.

Alejandro Arola

Sin embargo, sin ser parte del problema somos parte de la solución. A la maltrecha economía española parece que solo dos actividades le están generando cierto alivio; el turismo y el comercio exterior lo que sin duda representa un auténtico privilegio en estos momentos de recesión y nos convierte en protagonistas de la recuperación económica.

Posiblemente ahora más que nunca las empresas precisarán a los representantes aduaneros para planificar y elaborar sus proyectos de exportación. Ahora más que nunca se abre el exterior a pequeñas y medianas empresas que han mirado sólo al mercado interior. Ahora más que nunca, nuestros conocimientos, experiencia y profesionalidad tienen más valor porque los necesitan más empresas para exportar y vender sus productos allí donde son demandados.

Por otra parte el CAU nos abrirá nuevas posibilidades de desarrollo. Es posible que existan mayores facilidades pero también habrá, como ya hay, un mayor rigor en el cumplimiento de la normativa aduanera. Facilitar el comercio con simplificaciones no debe ser sinónimo de incumplimiento normativo, debe ser sinónimo de conocimiento, de estudio y de confianza con los operadores que han acreditado el grado de preparación suficiente.

Podría ser, que lo es, una opinión personal, pero es también el criterio del Comité Económico y Social Europeo cuando afirma que una unión aduanera, y por tanto una Aduana, eficiente es una condición sine qua non del proceso de integración europea. Y como reconoce el propio Comité se debe promover la excelencia de la profesión en el sector aduanero, algo importante para nosotros si consideramos que cuatro de cada cinco Dictámenes del CESE son tenidos en cuenta por la Comisión Europea.

Estamos en un momento complicado como país y en un entorno de gran dificultad, pero nuestro trabajo tiene ahora un presente importante y un futuro que las propias instituciones europeas valoran y necesitan. Si como colectivo sabemos hacer las cosas tendremos, a pesar de todo, futuro.