En las últimas semanas, los casos de corrupción política se suceden de forma abrumadora. Siempre se dice que uno es inocente hasta que se demuestre lo contrario, pero lo cierto es que la imagen de los políticos está quedando por los suelos.

Lo peor de todo es que los grandes líderes, en vez de salir y decir con la boca grande que aquel que haga alguna irregularidad se va a la ‘puta calle’, nada de eso. Siguen ‘mascando pero sin llegar a engullir’.

Todos los partidos tienen sus corruptos, pero si los más limpios no se encargan de echar la basura fuera estamos en las mismas. O peor aún, ni tan siquiera podemos confiar en los buenos. Luego la culpa es de los periodistas. Matan al mensajero antes que al culpable.

Mientras tanto, en otro lugar del mundo, el periodista que lanzó un zapato contra Bush, ese se lleva 13 años de cárcel. Nuestro héroe lo pasará peor que aquel que se enriquece con dineros públicos