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Martes, 30 de abril de 2024

Tropiezos

Los quiero y no puedo
Chuflainas, 09/05/2008

Está muy arraigado en la cultura española el personaje cervantino del ‘quiero y no puedo’, aquellos que, con aires de grandeza, buscan los objetivos más altos, con las condiciones más adversas en contra, sólo con el objetivo de poder decir “Aquí estoy yo”.

Y digo cervantino porque no hay exponente más claro de este espécimen que Sancho Panza.

Viviendo en la miseria y rescatado por Don Quijote, no hizo falta mucho para convencer a nuestro orondo amigo de la posibilidad de conseguir grandes prebendas a cambio de sacrificio, trabajo y mucha servidumbre. Mientras que las dos primeras pueden estar bien vistas, la tercera cuenta con más aristas. Bien es verdad que ser el más servil puede llevarnos a conseguir nuestros objetivos pero, ¿dónde queda la conciencia y el amor propio?

Hay gente a la que no le importa vender su alma por disfrutar de un mejor tren de vida, siempre pendientes de lo que diga la voz de su amo. No hay más que fijarse en Sancho Panza, siempre dispuesto a contentar a su señor con tal de que, al final de sus aventuras, se halle la recompensa prometida.

Es cierto que podrá argumentarse que cada cual vive su vida como mejor le parece, y busca cumplir sus objetivos de la manera que más le convenga. Sin embargo, y esto es algo innegable, poquísimas veces los que han dedicado su vida a servir dócilmente a su señor, consiguen el premio prometido. A pesar de que Sancho Panza sí logró su ínsula, la mayoría de los servidores nunca están contentos. Siempre quieren más de todo, lo que lleva a un grado de insatisfacción que pocas veces se ve satisfecho.

La vida, para la gran mayoría de las personas, es una sucesión de servicios prestados. Para los quiero y no puedo, es buscarse dificultades y problemas donde no los hay. Crear problemas y resolverlos, esa es la principal afición de estas gentes. ¡Vaya vida!