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Agradecimiento a la Ministra Salgado
Comienzo por reconocer que con la actual Ministra de Sanidad no puedo ser objetivo.Aunque sea tratado yo de machista, es la Ministra que más me gusta de todo el gabinete de Rodriguez Zapatero. Y todavía más ahora, con su particular cruzada contra los fumadores.
Hasta el año que comienza, el placer de fumar ha sido, en nuestro ámbito cultural, una acción individual como la masturbación o el arrepentimiento. Te fumabas un cigarro o te encendías un puro o una pipa y nadie a tu alrededor te hacía el menor comentario.
Con la nueva ley Salgado, ya no. A partir de este mes de enero, con el tabaco ocurre como ocurría antes cuando ibas al parque con tus hijos pequeños o llevabas a pasear al perro. La solidaridad que generaba toda aquella situación obligatoria fomentaba la conversación y las nuevas amistades. Parecía como si la vergüenza o el temor quedaran liberados ante la necesidad imperativa de compartir esa tarea común. Desde que la ley antitabaco ha entrado en vigor da gusto ser fumador y acudir al corralito instalado en los aeropuertos, en las estaciones de ferrocarril o a la puerta de un edificio de oficinas. A la satisfacción de comprobar la incorporación masiva de la mujer al trabajo y al tabaco, se añaden ahora la liberación de endorfinas en el momento de comprobar que el otro o la otra también son de los perseguidos de la Ministra. Quizás por eso comenzó su ministerio promocionando el uso del preservativo y ahora pretende continuar con el alcohol. Ya veremos que dice de todo esto la Conferencia Episcopal. Con lo del preservativo no estuvo de acuerdo y se dispararon las ventas en las farmacias. En fin. Me decía el estanquero del pueblo que siguen comprando los mismos cigarrillos los mismos clientes de siempre, y además los que se han dado cuenta que, al reducir el territorio y aumentar la persecución, el acto de fumar ha pasado a ser una manifestación solidaria y colectiva. Y es que de fumar juntos a fumar revueltos no va más que un paso.Si no, tengan un poquito de paciencia y ya me lo dirán. |
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