En el interior del puerto de Valencia existen varias rotondas que por su construcción podrían definirse como rotondas del terror, es muy raro que pase una semana sin producirse el vuelco de algún camión, lo milagroso de estos accidentes es que el ángel de la guarda está en nómina y actúa para que no se produzcan víctimas mortales. Pero la rotonda de salida en la puerta principal es la de mayor peligro, pues los turismos que por ella salen se la juegan, con un alto peligro para su integridad física. A este peligro hay que añadir la colaboración que tiene la G.C. con el despliegue de conos y que sitúan cortando el paso en la mayoría de su extensión. Se arreglará esto algún día...