Existe una psicosis entre los transportistas del puerto de Valencia, por las colas que se forman en cualquier zona de trabajo de este puerto, terminal, PIF, confrontas y puertas. El calvario empieza cuando los camiones llegan a las puertas de las terminales. Allí empieza la película de suspense y una vez dentro empieza la segunda parte. No digamos la emoción que nos embarga cuando llegamos al confronta y seguimos esperando, pero cuando ya se nos hace irresistible es a la llegada de la puerta de salida, que es el embudo nacional.

Si pensamos en un futuro inminente, con tal cantidad de horas perdidas antes de empezar el viaje y el tacógrafo digital, que ya viene, necesitaremos de varios días para realizar un viaje, que mejorando estas demoras se podría hacer en un día.