|
|||
|
|||
|
|
Entre Michael Porter y Luis Miguel Dominguín. Lección segunda
Están de moda los gurús. Los consultores de estrategias empresariales que, por regla general, han venido siendo incapaces de crear una empresa por sí mismos y hacen sus experimentos y ponen en práctica sus terapias con el dinero ajeno cuando los dejan.
Pero bueno. De la misma manera que uno tiene su dentista, su psiquiatra o su asesor fiscal, hay que tener hoy, si uno se precia, un consultor de estrategia para que la empresa consiga un resultado exitoso en el mercado global.
Luego te coges a Porter, a Kaplan o a Richard Boyatzis y te das cuenta, a poco que los leas, que sus "pensamientos de éxito" estaban ya en la tauromaquia de Luis Miguel Dominguín, con una diferencia muy importante: Que Luis Miguel, además de tener cerebro, era él, el que se ponía delante del toro. Eso de que la gente confía más en los argumentos emocionales que en los racionales (R. Boyatzis). La función de la estrategia es hacernos únicos, singulares (Porter). Cierra los ojos. Relájate. Imagínate como te gustaría que fueran las cosas. Pon en marcha tu imaginación. Ahora abre los ojos y hazlo (Spencer Jonson). Todo eso y mucho más estaba no sólo en Luis Miguel sino en buena parte de la tauromaquia española. (Léase a Don José Ortega y Gasset). Contaré una anécdota para ilustrar uno de los pensamientos que ahora se cansan de explicar en las modernas escuelas de negocios. Salía Luis Miguel de la sala de reanimación de un quirófano después de una complicada intervención quirúrgica en su aparato digestivo. Los reporteros y periodistas, ávidos de noticias, le preguntaron sin darle tregua ni respiro: Maestro ¿ha ido todo bien?, ¿ha pasado miedo en el quirófano o ha pasado más en los ruedos? Luis Miguel, en la camilla todavía un poco turbado por los efectos de la anestesia, sin pensarlo dos veces contestó: Pasar miedo, siempre. Pero las cosas han salido muy bien, porque aquí y en el ruedo siempre he toreado con la mejor cuadrilla. Y es que la empresa es muchas veces como el toro. Se entra a matar solo y en silencio. Pero lo que es la lidia y poner el toro en suerte, es cosa de la cuadrilla. |
|
|
|
© 2017 Valenmar S.L.
|