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Sábado, 27 de diciembre de 2025


Del tráfico cautivo al puerto cautivador.: Lección primera
Juan Esquembre, 20/04/2005

No está el horno para bollos y las cosas están cambiando que es una barbaridad.Todos los días nos levantamos con un sobresalto y es que esto ya no es lo que era.

A pesar del buen talante de Zapatero, cuando no son los precios del petróleo, son los chinos; cuando no es el déficit comercial, es la Bolsa; y cuando no cierran alguna empresa en el Alto Vinalopó es el repunte de la inflación.

Un verdadero desastre. Ha sido volver los rojos y echar todo esto a perder. Con lo que le costó al apuesto Zaplana levantar la Comunidad Valenciana, secularmente instalada en la más absoluta ignorancia.

Y ahora, a apretarnos el cinturón.

Dentro de cuatro días tendremos un "Catastrazo" o algo en sus efectos parecido si no queremos que nos corten la luz como a los alumnos del Instituto Luis Vives o no nos recojan la basura.

Pero la decadencia viene por lo que viene y aquí se piensa seguir resolviendola con ladrillo e hipoteca, aunque el Banco de España y el Valencia Club de Fútbol no tengan otra obsesión
que el interés general.

Todavía sensibilizado por la reciente muerte de Juan Pablo II he acudido estos días a los Textos Sagrados y he recordado la frase de Jesús cuando afirma "Mi Reino no es de este mundo".

No lo considere el lector como una falta de respeto o , todavía menos, una irreverencia si digo que, para muchos, nuestro mundo no es de este reino. Y no es por llevar la contraria. No. Es que hay ratos que no se puede resistir.

Sólo Joaquín Sabina nos alivia dándonos la clave para, de vez en cuando,levantarle las faldas a la luna mientras el sol se mete a las siete en la cuna del mar a roncar.