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“¡¡¡Gracias...!!! Txistera Mágica”
En los últimos meses estamos viendo con asombro cómo la frivolidad está siendo la tónica general en el tema de la crisis de los Astilleros Públicos y en concreto de “La Naval” de Sestao, es decir que el futuro y la continuidad de uno de los sectores industriales más emblemáticos de la Economía de Euskadi se viene tratando de una forma que ha hecho que la sociedad haya perdido la perspectiva real del problema y estamos dando nuevamente una imagen de sector especulativo.
El acuerdo un día parecía claro y al día siguiente la distancia en las negociaciones parecía de nuevo insalvable. Otro día teníamos 3 gaseros y más barcos para construir y al día siguiente desaparecían como por arte de magia. Por no hablar de los inversores privados. Se nos decía que estaba todo arreglado con las cajas y bancos y resulta que ellos mismos salían al día siguiente desmintiendo el acuerdo, por tantos y diferentes motivos que cansa sólo el recordarlos.
¿Cuál ha sido el juego de este largo noviazgo o a qué intereses responden estos arreglos y desarreglos casi mágicos? Prefiero no entrar a detallar esos intereses porque inevitablemente entraría en el mundo de lo político, que es desde donde se está tratando de dar soluciones al problema y en donde parece que impera la magia. Lo difícil hoy... es posible mañana, ¿y lo imposible...? Pues para eso está la txistera de la SEPI, ¡¡milagro!! Pero volvamos al mundo real y dejemos al margen desos intereses que para nada debieran ser los que imperaran a la hora de tomar una decisión de tanta enjundia en el futuro de este sector industrial y que tanto nos afecta a nosotros por ser “La Naval” el último Gran Astillero de la Ría de Bilbao. La realidad nos dice que esos criterios políticos no deben ser los únicos a la hora de tomar decisiones de continuidad del sector naval vasco, que estamos tratando con una industria donde de sobra está garantizada la capacidad tecnológica, el conocimiento y saber hacer y que lo único que ha faltado (y hablo exclusivamente en el caso del gran astillero vasco, no de los pequeños y medianos astilleros de nuestra Comunidad), es la rentabilidad, es decir, que se saben hacer los barcos de moderna tecnología y prestaciones y lo que falta es que lo hagan de una forma rentable, pero creo que tampoco tenemos datos, por lo menos desde fuera del Grupo IZAR, para hablar de criterios de rentabilidad y creo que nadie mejor que ellos para hacerlo y elaborar ese Plan Industrial y Estratégico que garantice de verdad su continuidad. Asimismo, es curioso ver cómo algunos sólo se acuerdan del sector para resaltar las malas noticias y se olvidan de que genera empleo y riqueza y de que es un sector de alta tecnología y considerado como estratégico por los países de nuestro entorno, excepto por España. Decía que este tipo de situaciones da lugar a la aparición de esos gurús pseudo-intelectuales que tienen acceso a los medios de comunicación y hablan ex-catedra de este sector y de cualquiera, a veces sin conocerlo y casi siempre sin ningún tipo de pudor y sin ser conscientes del daño que hacen, por supuesto con una dialéctica depurada, y defendiendo posturas generalistas que casi siempre abocan a la desaparición de la industria en Euskadi para convertirla en una Comunidad de servicios. Por favor, seamos serios a la hora de hacer comentarios y emitir opiniones, utilicemos el rigor y el conocimiento a la hora de hacerlos y evitemos en todo momentos sesgos y desviaciones políticas que generan informaciones inciertas y falsas visiones de la problemática y, por ello, falsas ilusiones para su resolución. Esta misma seriedad que proclamo me hace preguntarme ¿dónde están las soluciones para la Industria Auxiliar, esas pequeñas y medianas empresas a las que se les prometió carga de trabajo continuada si hacían inversiones en maquinaria y se especializaban en el sector como subcontratistas de sus Astilleros, y a la que están dejando morir sin ningún tipo de pudor y para la que parece que no hay soluciones sino buenas intenciones en sus acuerdos? Los señores de la SEPI, de IZAR y algunas Centrales Sindicales firmaron un acuerdo el pasado 16 de diciembre y afirman que ya está solucionado el problema. Aseguran que el acuerdo garantiza la continuidad de “La Naval” de Sestao y de toda la Industria Naval Vasca. Y yo me pregunto, a día de hoy, 21 de diciembre de 2004, una vez leído y analizado ese acuerdo que todo lo soluciona y garantiza: ¿Dónde está la carga de trabajo? ¿Dónde están los contratos firmados para la construcción de los buques? ¿Dónde está el Plan Industrial y Estratégico de futuro? ¿Dónde están las inversiones privadas y los inversores privados? ¿Dónde están las soluciones para la Industria Auxiliar? ¿A qué intereses responde ese acuerdo para “La Naval” de Sestao, que sólo ha sido firmado por la mitad de sus trabajadores? En definitiva, ¿dónde está la garantía de continuidad del Astillero y de toda la Industria Marítima Vasca? ¡¡ah!! ... ¡¡Magia!! Donde siempre ha estado, en la txistera de la SEPI. Por ello quiero darte las gracias, “Txistera mágica”, y que ¡nunca se acabe tu magia!! Por Javier López de Lacalle Capitán de la Marina Mercante de MSC International Shipping, Plymouth University |
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