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Domingo, 28 de diciembre de 2025


La externalización de los costes logísticos en Valencia
VM, 18/08/2004

Los sectores industriales que mueven la economía valenciana han registrado en la última década unos destacables incrementos en productividad y cifra de ventas.

El azulejo, el mueble y el juguete, al margen de sus coyunturas actuales, se han significado por ser la verdadera locomotora del PIB valenciano. Esta trayectoria ha sido posible gracias a la automatización e innovación de los procesos de producción. La apuesta inversora en las tecnologías de la información y en maquinaria industrial para la manutención y almacenaje han sido fundamentales para dicho progreso.

El sector azulejero valenciano se ha convencido que para responder a la fuerte demanda, tanto nacional como extranjera, necesita almacenes gestionados por un SGA (Sistema de Gestión de Almacenes) y operarios con carretillas elevadoras, dotadas de sistema de gestión de flotas. Esta automatización hace posible el mantenimiento de una cadena de suministro competitiva y eficaz ante cualquier necesidad del cliente final. La industria del azulejo, en concreto, está apostando por externalizar los costes logísticos de sus movimientos interiores de mercancías y productos, es decir, en lugar de adquirir las carretillas elevadoras, la tendencia es alquilarlas y llevar fuera los costes de mantenimiento y seguros de estas máquinas. Lógicamente, adquirir la maquinaria implica una serie de costos variables, más o menos gravosos según el tamaño de la compañía, pero una vez externalizados pasan a ser costes fijos que aportan seguridad de cumplimiento a la hora de presupuestar los gastos de la compañía. Tanto una fórmula como la otra son perfectamente válidas, y decidir entre compra o alquiler depende tanto del volumen a adquirir, como las necesidades de servicio, las condiciones financieras y también de una compañía proveedora con suficiente experiencia en ambos modos de comercialización.

Las pymes del mueble
Si algo caracteriza al sector del mueble valenciano es su atomización. Miles de pequeñas y medianas empresas, sin visos de desembocar en procesos de concentración como estamos viviendo en el sector logístico de la zona. La competencia entre las pymes del mueble es muy grande y por eso la diferenciación radica más en los diseños y en los servicios posteriores a la venta. Una buena información comercial, acompañada de un buen servicio de transporte (el día fijado y a su hora), han pasado a ser unas variables a tener en cuenta. Cualquier empresa modesta con un pequeño almacén necesita una mínima infraestructura de software y hardware para poder afrontar a los cada vez más exigentes clientes. La competencia entre las empresas del mueble valencianas debe ampliarse a Europa y a todo el mundo. Más allá de los fabricantes del mueble españoles debemos fijarnos en los grandes distribuidores para llegar a mercados hace unos años inimaginables. Precisamente, los últimos datos de la Asociación Nacional de Industriales y Exportadores de Muebles de España (ANIEME) son esperanzadores en este sentido.

Los resultados de comercio exterior del sector del mueble relativos al periodo enero-abril de 2004 han situado las ventas para la exportación de mobiliario español en 485'529 millones de euros. Esta cifra supone una leve recuperación respecto a los resultados del primer trimestre ya que supone un descenso del -3'9% respecto al año anterior, frente al -5'6% registrado entre enero y marzo de 2004 respecto al primer trimestre de 2003. En el caso de Valencia, a diferencia de lo que ocurre a nivel nacional, sí se mantiene un saldo positivo en la balanza comercial de 74'187 millones de euros situándose la tasa de cobertura en un 204'8%.

La empresa que dirijo, Elemóvil, somos un grupo de profesionales, con más de 20 años de experiencia en el sector de la manutención en la Comunidad Valenciana y estamos siendo testigos de la rápida evolución que están experimentando estos y otros sectores industriales.

Una trayectoria apasionante y que nos llevará en breve a colocarnos en un lugar privilegiado del escenario internacional.

Por Francisco J. Martínez de Castellví