Un servicio de Valencia Marítima
Jueves, 19 de junio de 2025

Tropiezos

Confabulación helada
Avirul, 02/07/2004

En estas épocas en las que el calor aprieta existen muchas diferencias entre compañeros de trabajo, por culpa de un aparato que llena el ambiente de hielo, nunca mejor dicho.

El caso es que por la mañana solemos llegar todos ya agobiados, es que el verano es lo que tiene. Entonces a primera hora de la mañana, no nos suele venir mal que alguien ponga el aparatito como si estuviésemos en el Polo, pero cuando va pasando la mañana, nos empezamos a dar cuenta de que nos cuesta movernos porque tenemos todas nuestras articulaciones como si tuviéramos artritis. Tanto que a la una de la tarde ya no sentimos las piernas.

Algún pobre desgraciado como nosotros y mucho más temerario comienza con ciertos llantos de desaliento, pero nadie se atreve a bajar el aire.

A la hora de comer, no podemos ni tragar de los fríos que estamos, la digestión se nos congela y lo peor es que tenemos que volver a trabajar y aquello ya será Siberia.

A las cinco de la tarde es que no podemos más, y decidimos armarnos de valor y dirigirnos con paso firme al mando a distancia, mientras una jauría grita sin cesar improperios que nos dejan aún más helados. Bueno hemos conseguido tener un segundo sin aire, aunque por poco nos tienen que extraer el aparatejo de cierta parte de nuestra anatomía. Por lo que nos damos cuenta de que es mucho mejor venir con rebequita y calcetines de lana.

No lo entendemos, en invierno, si hiciese esa temperatura ambiente los mismos sujetos que ahora dicen que sudan a 20º, no pararían de quejarse del frío. Por lo que ahora no entendemos porque viven tan a gusto en un local en el que tenemos una estalactita a modo de prolongación de la nariz todo el día.

Estamos convencidos de que hay una confabulación en contra de nosotros, los frioleros, les damos tanta rabia a la gente que pasa calor que no nos perdonan que en verano vivamos felices, por eso nos castigan continuamente.