Que existendiscrepancias entre ATDAPA y el señor Pavón, no es una novedad. Como tampoco lo es, que el señor Pavón las tiene con otroscolectivos de la ciudad de Alicante. Seguramente ni en ATDAPA tenemostoda la razón, ni tampoco la tendrá en sutotalidad el señor Pavón.

El señor Pavón entiende que el interés general legitima la paralización de los trabajos de carga y descarga de productos a granel, tal y como se realiza en la actualidad. En ATDAPA pensamos que no. Que el interés general no legitima la paralización. Es más, pensamos que la continuidad de los trabajos es de interés general. El señor Pavón sostiene que la protección de medio ambiente y de la salud pública son motivossuficientes para suspender una parteimportante de la actividadportuaria. En ATDAPA entendemos que la protección del medio ambiente y la salud pública estánperfectamentegarantizadas con los medios que se han establecido en diversasautorizacionesadminstrativas (DeclaracionesAmbientales Responsables, la Autorización de la Generalitat para emitir a la atmósfera, etc.). En ATDAPA sostenemos que con el cumplimiento de las autorizacionesadministrativasexistentes no es necesariosuspender la carga y descarga a granel. ATDAPA entiende que el interés general que dicedefender el señor Pavón estágarantizado y, por tanto, ha valoradoesaparte del interés general. Lamentablemente, el señor Pavón no ha valorado el otroasoecto del interés general: el empleo. Una importante diferencia en los respectivosplanteamientos.

La opinión del señor Pavón además de poder exponerla, como ha hechoreiteradamente, se ha convertido en una decisión de una autoridad, que debeacatarse. Acatarse en el marco del Estado de Derecho. Aquí viene el segundo punto de discrepancia entre el señor Pavón y ATDAPA: las reglas del juego. No podemos compartir que una decisión de una autoridad se haya de cumplir, sin que exista referencia alguna. Al parecer, exigir el cumplimiento de decisionesmunicipales, sin referencia a la Ley, es un comportamiento al que también se le llama alcaldada. La más elemental prudencia obliga a ponderar cómo exigir las obligaciones a los demás. Esopasa por aceptar las reglas del juego. Estasreglas las conoceperfectamente el señor Pavón, pero, por la razón que sea, se le han olvidado. Por medio de los medios de comunicación social se las han recordado, como se hizo al transmitirle la opinión de la Abogacía del Estado y la de los abogados de las empresas. Esta opinióncoincide con la del pronunciamiento judicial que, en lo que se refiere a esta cuestióncoincide con la que vienemanteniendo ATDAPA.

El Juez como es natural, continuaráestudfiando el asunto y en uso de sucriterio y de suindependenciairápronunciándose sobre la cuestión. Plantear en el debatepúblico, susdecisiones como victoriastotales o parciales, no es una posición de recibo por ninguno de los actores en el conflicto. Exponerante el Juez y con el debidorespeto las razones de cada uno, e intentar buscar soluciones alternativas, parecemásrazonable.